viernes, 7 de abril de 2006

LLuvia


Caen.
La lluvia. Las hojas. Las lágrimas.
Caen naturalmente.
El cielo, las estaciones, los sentimientos.
Cambian.
Todo cambia, hasta las estrellas son finitas en la inmensidad azul. Pero el hombre, el hombre es tenaz y no quiere aceptar: Prefiere creer que la estrella está ahí aunque sólo sea su huella la que ilumina, un rastro. Le gusta pensar y pensarse en la finitud, en la permanencia.

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