Letras partidas a cuchillo, sangrantes sobre una tabla virtual. Cáscaras de remolacha, semillas y frutas danzando circularmente en las manos... incluso fuera de nuestros propios bordes, los sabores se desparraman por la mesa e invaden con su aroma el resto de las habitaciones
jueves, 20 de octubre de 2011
Vi Veri Veniversum Vivus Vici
Estoy perdiendo mi verdad. La encontré un día, y la vestí como armadura y a la vez como fuerza. Sinceridad, me decía, es lo que da libertad, lo que me mantiene en un mundo feliz. Y durante algún tiempo, funcinó. Recién ahora puedo ver el lado oscuro de la Luna. Ahora que no entiendo cuál es mi verdad me siento perdido, o más bien, me enfrento a dos verdades de igual verosilimitud que enfrentan dos posibilidades opuestas. Y mi mente sabe lo que quiere pero también conoce lo que mi alma más teme. Morfeo suele ayudar en estas preguntas, al menos es Él quien me revela fragmentos de mí mismo, pero ahora se mantiene dolorosamente neutral. Mis ojos tienen un objetivo, pero mi corazón apunta a otro. ¿Debería volar hacia un futuro cálido? ¿O debería arriesgarme a caer en ese viejo pozo, con tal de apostar todo por la verdad? Es curioso como cinco palabras en latín determinan el curso de mis pensamientos
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario