martes, 23 de agosto de 2011

Hamaca



9 o 10 de junio

La ronda se inicia
y la alarma me trae del sueño
una casa bajo paltas
que se abre con el sol

Juan y las hermanas
y un pájaro en los párpados

la arquitectura de mi cuerpo
                          en panorámica:
algo se incendia en el cuarto,
o quinto piso.

La estrella por fin se cae
ahora tengo que caminar
para luchar en contra de eso
extraña máquina sin nombre
dispositivo, disciplina,
que intenta rellenar el aire de mi cabeza
con cemento…

                        y un día duele
                        un poco
                        y otro día más.

El último tramo para llegar
para enfrentarme a la cumbre
y a la pequeñez de estar ahí
y observar el mundo como mar
como océano de montañas azules…

Escasea el aire, las piernas pesan,
parece imposible pero sabemos que no.
Sólo parece.

Una latita herrumbrada entre las rocas
con escritos apurados
de manos temblorosas pero felices.

Silencios en el corazón, ahora
se va con el viento, se pierde.
Inmensidad y belleza y todo allí.

Gracias vida por encontrarme

y por darme alas de cóndor

y sangre de árbol.

2 comentarios:

© L. Godiva dijo...

Excelente poesía, espero volver. Saludos :)

Unknown dijo...

Gracias! nos encontraremos por las enrededareas cibernéticas, contemplando la misma flor...