miércoles, 6 de junio de 2012

El poeta que no soy


No soy un poeta
cómo ese que usted imagina,
con la mirada apacible
dedicada a contemplar
el atardecer
desde la plaza de un arbolado
e histórico barrio. No.

Miro la luna que se recorta entre los edificios mientras avanzo a bicicletazos entre la caravana de autos que inunda la ciudad a las 7 y media de la mañana, la miro y miro el espacio que me queda para pasar y veo mi aliento blanco nacer a través de la bufanda.

No soy ese poeta
romántico,
que endulza como miel
las palabras
y sabe rimar delicadamente
amor con dolor
en un solo verso.

No se crean. Soy corazón que sangra ríos turbulentos, desparejos, atropellados y por esto inverosímiles. Me choco contra mis palabras constantemente. Tengo más heridas que un tronco de árbol, pero nadie ha grabado un corazón en mis pies con mi nombre.

No soy aquél hombre
revolucionario,
que blande su pluma
como un fusil
y hace hervir las nieves
de la sima capitalista.
¡no señor!

Miro mis pájaros-palabras escaparse de mis dedos y mi tinta, sin ser más que estrujadas emociones cotidianas, ingenuas presunciones de vuelo que desconocen la diferencia entre ser y estar, sólo viajan camufladas en un alfabeto. Pero libres y copyleft.

Pero sepan,
además,
que no soy un poeta,
porque soy pájara
soy colombina
y en mis ojos soy ana,
de cualquiera de los dos lados.

No hay comentarios.: