sábado, 4 de junio de 2011

Sueños de soledad

No sé cómo, pero viajé en el tiempo y el bosque es hermoso. No lo tocaron los ántropos modernos todavía...además el Nahuel Huapi está más alto, y está al lado de nada más que puro bosque, con muchas pequeñas montañas de las cuales caen pequeños ríos y cascadas. Pareciera un película yanqui, o poesía llena de pobreza, pero aún así todo se siente muy bien. Es cuanto me interno en este terreno boscoso que las cosas cambian. Por dentro es más bien otoño... los colores se oscurecen un poco más. Hay un hombre haciendo un pequeño campamento, y él me conoce y yo lo conozco. Sabe lo que va a pasar, y yo también. Pero esta vez, de vuelta en este espacio de tiempo, yo tengo el control y no va a suceder. El problema es un perro, blanco, pelo largo, sin raza en particular; y está siendo acosado por el resto de los perros. Puedo recordar que la primera vez que lo vi no me pareció malo, lo acaricié y parecía haberse vuelto mi amigo. Es por eso que esta vez, sabiendo que no es así, trato de controlarlo, de darle órdenes y que obedezca. Pero una sola mirada del can me hace entrar en pánico, él está cerca de un abismo, no muy grande, yo lo empujo. Y cae. Puedo ver su cuerpo romperse con las piedras. Y acto seguido se empieza a mover, a levantarse, y convertirse en un monstruo, en un lobo gigantesco que me atrapa contra una pared de piedra. Lo golpeo con todas mis fuerzas, le muerdo la oreja tratando de arrancársela, pero percibo que la bestia se ríe mientras me apreta más fuerte. Incluso trato de alcanzar sus testículos, pero igual se sigue riendo. Y es cuando mi cerebro se desconecta a causa del miedo y despierto. Tercera vez que pasa, y recuerdo los tres sueños.

Ahora sé qué es lo que significa. Fue mi culpa, parecía un animal fiel y servil, pero en realidad es un monstruo. Te recibe con una sonrisa, pero en cualquier momento te ataca y te lastima. Cuando lo ves sentís la promesa de que te va a seguir a donde vos QUIERAS ir, y que te va a hacer caso. Pero en realidad es un lobo monstruoso, y te va a tener bajo su instinto. Y nunca te va escuchar, y mucho menos hacer lo que vos quieras. No lo podés dejar entrar en tu cuerpo, porque te come por dentro.

Y sin embargo, y con buena intención dirijo esta última frase a mis queridas Colombina y Humo, sospecho que esta noche no voy a enfrentarme al Lobo Solitario.

1 comentario:

Nicolas dijo...

Hey me gustaría compartir escritos, soy Colombiano, mi nombre es Nicolás este es mi blog

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Chau y gracias pro compartir tus letras con el mundo...