lunes, 31 de mayo de 2010


Invocación

Fuente de mí
agua
luz viajera de éstas entrañas
ven hasta aquí, ven a lavarme

Dejo para ti mis pasos llenos de
flores

Dejo para ti el sonido de mil
sonrisas

Dejo para ti, en este altar,
mis manos callosas
mis pies hinchados,
surcados por estrellas azules
y relámpagos violetas.

Te doy mi espalda golpeada
mi cadera débil
(pero amante)
ven hasta aquí

a lavarme los miedos.



…aquél que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos sus versos.
                                         [Blas de Otero]

2 comentarios:

Fernando García Pañeda dijo...

Débil, pero amante. Delicioso oxímoron.
Romper los versos es un precio muy bajo, demasiado bajo, por amar y morir.

Unknown dijo...

Gracias por las visitas, siempre tus comentarios son como pequeñas flechas señalando nuevos trayectos.
Es cierto que es un precio bajo, pero ¿habrá algún precio que lo pague?... creo que me atrajo la idea de la ruptura de un verso como metáfora de ruptura de sentidos, de senderos construidos que se desvanecen de un sólo golpe (de amor o de muerte).