miércoles, 12 de mayo de 2010

doscientos



Canciones de la tierra, susurros
en los sueños del mundo
bajo la copa de mi
árbol
siento el volver del tiempo
tantas veces, voces
entre las flores y pájaros
como ecos de muchas
memorias
vivo la huella del “Hombre”
la mirada de él y ella
cercana  tan
distante, instantánea.

Soy la madera de un
banco, en la plaza
en la escuela
en el subte A
y escucho
entre mis sueños
las palabras repetidas y un poco
aquellas olvidadas.

Canciones del mundo, suspiros
entre temblores de la tierra
bajo las capas de su
rostro
siento el tiempo palpitando
tantas voces, a veces
entre libros y pizarrones
como pasillos de un solo
laberinto
muere mi magia de árbol
las miradas multiplicadas
silenciosas y tan
fuertes, infinitas.

Soy la raíz de todo
aquél que transita
la ciudad
el campo
y canto
entre tus sueños
las palabras olvidadas y un poco
aquellas conocidas.



1 comentario:

Fernando García Pañeda dijo...

Una raíz muy etérea, en todo caso, que sobrevuela tantas sensaciones y pensamientos...