martes, 24 de julio de 2012

Los porqués

Y aquí estoy, mirando a través de una ventana, soñando con el futuro. Porque sé que están trabados, dejo fluir recuerdos amargos, los dejo llegar a mis ojos, a mis manos, a pesar de que pavoneo diciendo que nos los tengo y yo sé que es mentira, que es la única mentira que me permito mentir. Porque todos tenemos secretos, porque todos somos ántropos, porque soy un poco más vivo pero igual de estúpido, porque eso está bien, está bien, está bien. Me acuesto arriba de una sábana tejida con mi mente, porque creo que así debería ser. Creo que se tiene que pisar firme construyendo mi mundo con mis razones, me gusta encimarlas, pegarlas con lógica, con simplicidad. Y aún así, sé que no siempre funciona. Porque cuando me permito fluir amarguras se me seca la boca y pienso en otras cosas. Divertidas, mundanas, relajantes, hermosas e inútiles. Una pantalla es guardiana, y a la vez traidora. Porque por más que entiendo verdades soy perezoso, un búho perezoso, un owlsloth. Y no quiero querer más, porque no quiero sentir más amraguras, lo que es una paradoja porque no querer arrastra dolor y querer también trae dolor. Mordiscones de chocolate, un poco de ron, canciones del pasado que llenan mi cerebro, personas que las cantan y que alguna vez hasta las cantaron para mí. Pero no porque me las regalaban, sólo las mostraban. Y sonrío, siempre sonrío, porque nada puede ser tan malo como estar solo. Pero estoy acá, mirando por la ventana. Estoy aquí, pensando en lo que quiero mañana, y sonriendo, simulando ignorancia, pareciendo resbaloso. Pienso que disfruto el frío, porque hace rato que ando con la estufa rota y es mejor parecer cool viviendo en un alma sin calefacción porque no tengo plata para arreglarla, no tengo alma para intentar. Los ántropos somos pelados, no tenemos cuerpos preparados para afrontar el frío. Mi sangre fluye lento, cada vez más, porque soy delgado, muy, muy delgado, y cada vez que me miro A Través del Espejo siento que nunca voy engordar. Y es porque como porquerías, puras ilusiones de diferencias, desayuno delirios de lámparas mágicas que traen a un genio, que es tán genio que me arregla el calefactor, o que me ofrece un lugar junto a la salamandra. Pero termino cenando vermouth, que no alimenta y es amargo, amargo, amargo. Si no fuera por las meriendas junto a iguales, parecidos y agradables émpatas, que me sientan en la mesa y me obligan a comer, ya estaría mucho peor. No suelo hacerles caso, porque soy terco; y, secretamente, no les creo. A veces la lluvia entibia. Porque soy tonto, y porque soy tonto, estoy solo, mirando A Través de una ventana, y por ahí agradezco, porque nadie puede verme, soy búho raro, invisible, antropomorfo cuando es necesario y respetado como humano. Pero no, no sirve, porque no puedo sentirlo, porque hace frío y el gas está caro, yo no confío y me caigo despacio.
Buenas noches, descansen, duerman, avancen.

No hay comentarios.: