(del derecho y del revés
siempre soy ana)
hasta cuando me pierdo
en mí misma
hay un río profundo… el agua canta cristalina,
es el Casa de Piedra
bajando de la montaña, es
el verdor del Limay alejándose
del Nahuel Huapí
que sale a recordarme el mundo
y la magia de la vida
semilla
que guarda el poder de siempre
para siempre
infinito hilo azul que va del corazón a los
pies y a la cabeza
y vuelve
a circular por todas mis calles.
Hay un río profundo… el agua cae a goterones
sobre las pestañas
que quieren ver aunque
parezca inútil
canción
que se hace grito sobre
el cemento.
Profunda vertiente
desbordante de risas
liviana como el viento
es este almíbar de sol
que ahora me entibia
el alma.
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