miércoles, 28 de mayo de 2008

Amar...y ya


Dias de luz, dias de sombra. La cortina en la ventana está tapando el sol y un yogurt se derrite sobre la mesa… suena una tonada francesa en la habitación desordenada mientras el taladro en el patio perfora la pared. El cable.
Pisadas apresuradas en la escalera, pisadas de perro de hombre de mujer. El taladro dejó de cantar estruendosamente y el yogurt está por la mitad.
Mientras tanto las uvas y me pregunto (sin saber muy bien de qué sirve) de qué servirá que yo me pregunte tantas cosas. Como por ejemplo, me pregunto si el mundo se está yendo a pique y por lo tanto deberíamos dedicarnos todos a vivir lo más felíz cada momento… ¿pero por qué me pregunto esto sólo si pienso que el mundo se acaba? debería importarme siempre, se acabe o no cierta idea de mundo, se acabe o no la tierra, mi vida se acabará en algún momento y yo estaré todavía preguntándome. O no. Podría creer en una vida ideal si pienso en lo miserable que podría llegar a ser si no fuera consecuente. Conmigo, claro.
En verdad no me quejo, pero no sé si me basta. ¿Será que nunca estaré satisfecha? ¿y será necesaria esa basurita en el ojo para cambiar la mirada?

Dias de luz amarilla, digo de otoño. De luz cambiante de estar de buen humor. Uvas amarillas en un país gris, en una tierra de engaños. La radio amarillo viejo dice que las vacas mueren por dos pesos y llegan a nuestra mesa a cambio de nuestro sueldo. El lápiz amarillo resalta una palabra y rueda por la mesa... como la luna amarilla cuando sale llena allá al fondo de la pampa. Pensamientos amarillos y entonces para qué


Sentirse amarilla
es la magia
(cuando una se pierde en la luz)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

anita idolaaaa

tu amigo verde-limon

Berrysand dijo...

es muy raro meterme con tus palabras en ese pedacito de cabeza que mostras...

A veces me parece que lo único que nos salvan son los colores y el calorcito del sol.