once minutos para no pensar
mientras se calienta agua para té en la pava
un ratito para mirar y que los objetos enmudezcan
no importa mañana a la mañana
ahora y aquí estoy cansada
pero prefiero no pensarlo
once minutos
para no
no pensar
para mi
y para nada
Silba la pava, ya sabemos qué sigue.
Once del once, once veces serán un no
y otras once un sí rotundo
Estas once últimas habrán sido necesarias
para que ocurran los once no
y no sólo uno.
La última palabra
es ésta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario