Año azul: gracias.
Un tarrito de pintura, unas hojas de diarios viejos, pinceles, manos que se cruzan para alcanzar las paredes, agua sucia, manchas, miradas, comiendo gelatinas de colores y yendo de acá para allá con las gotitas de témpera dejando su rastro por toda la casa.
La mirada de agua de mi papá que me abraza y me llena de eso que tanto necesitaba.
La melena pintada de colores de mi hermano altísimo que me mira desde arriba y sonríe y pasa música y también come gelatinitas.
Despertar en la casa coloreada, moviendo basura y huellas de fiesta, manchas, pegotes, botellas, colillas, el fernet que se volcó cuando dormían, los restos de torta que sobrevivieron a la gula mañanera, los recuerdos de haber estado acá o ahí sentada charlando pintando bailando.
Agarrar el bolso y guardar la levita y las vendas para los tobillos.
Tarde sofocante de plaza platense en visperas del verano y en visperas de la marcha carnavalera, jugando al carnaval con las horas con los transeúntes los que miran los que pasan los que bailan y te miran los que te rodean y juegan también. Colores y más colores y miro azul a través del sol brillante cómo saltan y se ríen tanto.
Risas azules que extraño cuando estoy sola sentada en mi pieza. Y que me dan la fuerza de reir de todas maneras.
un felíz no cumpleaños para todos y un saludito de cumple (muy felíz) para mí.